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Escrito por María Del Carmen --- el 14/08/2010 El poder de la intención desde una nueva perspectiva Sí Maritza "El poder de la intencion es tan grande como la energia misma", porque somos energía pero ésta se actualiza a voluntad y la voluntad se mueve según intencionalidad, objetivo, consciente o inconsciente. Esto tiene sentido tanto para la proyección que podamos hacer hacia los demás, como hacia nosotros mismos. En cuanto que "lo que sentimos está en función de cómo pensamos" tengo algunas dudas porque si os dais cuenta quien no ha deseado alguna vez algo que no está totalmente de acuerdo con lo que piensa, con como piensa; tanto es así que sentir algo que entre en conflicto con el propio pensamiento, puede bloquear a la persona y terminas haciendo lo que quizás no sea lo más correcto, desde el sentido que éste concepto tiene, porque correcto es una cosa, y lo social o políticamen

Escrito por María Del Carmen --- el 20/07/2010 en El poder de la intención desde una nueva perspectiva Es como si hubiera que probar algo obligatoriamente. No se presupone la inocencia, no se es inocente mientras no se demuestre lo contrario; sino al revés, se es culpable mientras no se demuestre lo contrario. A la gente hasta que no se les demuestren las cosas no las cree,... Pero si hay muchas formas de demostrar ¡¡, y aún así, persisten en su incredulidad. Es una especie de miedo, es una especie de temor a ser considerado algo así como demente o fuera de lugar... ; en realidad no sé bien pero el miedo que se tiene a definir y a aceptar ciertas cosas, es tan irracional como las demostraciones racionales que se obstinan en perseguir algunas personas. Una intención y una predisposición positiva y no necesariamente negativa, allanaría mucho el camino hacia el conocimiento y hacia la comunicación. Saludos. MCarmen

En: El poder de la intención desde una nueva perspectiva Escrito por María Del Carmen --- el 02/07/2010 Aristóteles en su “Moral a Nicómaco” · libro tercero, capítulo III, se pronuncia sobre la Teoría de la preferencia moral o intención. Y dice, más o menos, que a nte todo, la preferencia moral o intención es ciertamente una cosa voluntaria; si bien la intención no es idéntica a la voluntad, la cual se extiende a más que aquella.  Así, los niños y los demás animales tienen indudablemente una parte de voluntad; pero no tienen preferencia, ni intención racional. Podemos muy bien llamar voluntarios a ciertos actos espontáneos y súbitos; pero no diremos que son resultado de una preferencia reflexiva o intencionada.    Cuando para explicar lo que es la intención se la llama un deseo, un sentimiento del corazón, una volición, un juicio de cierto género, no se le da ciertamente nombres muy exactos. L