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¿Debe un/a directivo/a controlar sus lágrimas cuando anuncia una dura decisión?

Reproduzco parte de un debate de linked in por su interés.

¿Debe un/a directivo/a controlar sus lágrimas cuando anuncia una dura decisión?

Así empezaba el texto que se proponía a debate: 

La Ministra de Trabajo de Italia se ha emocionado y se ha puesto a llorar cuando explicaba unos duros ajustes.

Creo que la sociedad hubiera sido menos tolerante si hubiera llorado un hombre (¿nos imaginamos a Zapatero derrumbándose cuando anunció los recortes en España?). 

¿Deben las directivas ocultar la mayor sensibilidad que en general tienen las mujeres o deben imitar la aparente fortaleza emocional de los hombres cuando ocupan puestos de poder (modelo Thatcher)? Acordémonos que Hillary Clinton se vio obligada a justificar un gesto de “debilidad” cuando visualizaba la captura de Osama Bin Laden.

Por otra parte, ¿los/as directivos/as debemos mostrar nuestra fortaleza emocional cuando tomamos una decisión impopular como un ajuste de plantilla o, por el contrario, podemos emocionarnos y así mostrar nuestra humanidad y sensibilidad?



Blanca Sánchez R. • Eduardo, a mi entender las lágricas de la Ministra de Trabajo Italiana, han dejado ver que por lo menos tiene ética y dignidad. 

Aqui en España debieran haber llorado muchos y ahí están tan agustito, sin gastar pañuelos y sin ni siquiera pedir perdon ni devolviendo todos los extras que adquirieron por ser políticos. 

Prefieren que se apriete el cinturon el ciudadano para que ellos puedan seguir añadiendo agujeros al suyo, les harán falta ya que sus arcas se van a seguir abasteciendo de nosotros.

EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Buenas tardes, os manifiesto mi opinión : 

No creo que el llorar sea el único gesto o expresión de ética, dignidad , pesar, etc. 
 
Hay otras formas de manifestarlo, ya que se puede pensar a título individual si las lágrimas son reales o de "cocodrilo". Particularmente no lo veo signo de debilidad o de fortaleza, es el carácter de esta ministra que en un momento dado de dificultad así lo ha sentido y manifestado. 
 
Blanca te comento que mi pensamiento referido a los que comentas de "aquí en España" no creo que deberían haber llorado sino algo mucho más fuerte y peor. Creo me entiendes ¿ verdad ?, ya que la desastrosa gestión realizada merecería otros actos más subidos de tono que las lágrimas. Además soy de la opinión que lágrimas de los integrantes del aún actual ¿ gobierno ? no hubieran sido creídas por una parte importante de la ciudadanía, por lo menos, por mi parte. 
 
Os puedo comentar que en mi vida profesional he tenido que tomar decisiones duras por reajustes y necesidades empresariales donde he visto emocionarse a los afectados/as, yo he tenido que "mantener el tipo" aún sabiendo que era una decisión dificil, pero es verdad que es duro, cuesta y hay ocasiones que te puedes emocionar y los afectados viendo esta situación, también entienden tú situación. 
 
Así que me reitero, estas actuaciones emocionales dependen de cada persona en cada momento y situación. 
Saludos a todos.

Juan Perán Ortega • Eduardo, la pregunta es ¿debe controlar? A mi modo de ver, sí, parece que debería poder controlar. El tema está en que antes que Ministra o Directiva, esa señora es persona y como tal, tiene emociones. Lo que ha ocurrido no es en sí, ni bueno, ni malo. Simplemente ha puesto de manifiesto que hay personas que sienten y viven la toma de decisiones de una manera profunda porque por su humanidad, empatizan con aquellos que van a sufrir las consecuencias de sus decisiones.

EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Me parece Ok Juan, aunque me reitero en que no es necesario llorar para expresar o sentir un sentimiento en un momento dado, dificil como es este en el caso de la ministra. 
 
En cuanto a la pregunta ¿ debe controlar ? si nos ceñimos al protocolo si más, la respuesta es tajante : sí, debería haber controlado sus emociones. 
 
Ahora bien, como dices, antes de ministra es persona, luego ... 
 
Yo me acuerdo por ejemplo del famoso ¿ por qué no te callas ? de S.M. Juan Carlos al ínclito Chavez. 

Protocolariamente nunca debió haberlo dicho, pero creo quedó totalmente disculpado porque además era el sentir de la amplia mayoría y fué un gesto y respuesta desde lo más profundo, al igual que parece ser ha ocurrido con esta ministra.


Blanca Sánchez R. • Hola. 

En cualquier puesto público, por muy pequeño que sea, se tiende a controlar las emociones para no aparentar debilidad. Las emociones, como todo, dejan puertas abiertas a posibles futuros ataques. Podriamos decir que ocultar las emociones es una careta que te facilita sobrevivir o continuar pasando emocionalmente desapercibido. 

Eso no quiere decir que sea bueno, simplemente es un arma de doble filo. 

Para algunas personas pasarás ante ellas como si fueses una piedra inalterable, para otras pasarás como si fueses un alma sin corazón y para otras como si fueses un déspota egoista. 

Mostrar las emociones sensibles no es fácil cuando desempeñas una función de dirección, simplemente depende del caracter de la persona y del grado. 

Emilio, en casos extremos como el de la Ministra de trabajo, para una persona con responsabilidad humana, como debería ser ese cargo, refleja que ha intentado hacer su trabajo lo mejor posible y que le ha sido totalmente imposible conseguir el derrumbe de la situación, sin vuelta atrás, entre otras cosas porque no estaba en sus manos, por ello no ha podido contener las lágrimas al ver la desprotección a la que han quedado por ello muchísimas personas. 

Bien es verdad que hay muchos tipos de lágrimas y que incluso hay diferentes motivos por los que llorar, unas veces se llora de risa y otras de tristeza como era el caso. También existen lágrimas de cocodrilo e incluso lloriqueos sin lágagrimas. La cuestión es saber identificarlas a tiempo. 

Las emociones es una característica humana que no debería ocultarse en su totalidad, aunque sea de buen ver. Aqui mismo en los debates podemos observar emociones, unas veces de tristeza, otras de ira, otras de alegria, esperanza, desilución, apatía, resignación ...



EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Buenos días, Blanca estoy diciendo lo mismo con otras palabras. 
 
Es más creo que ni tú ni yo sabremos nunca si las lágrimas de la ministra fueron auténticas aunque presupongamos que sí. 
 
Sencillamente he distinguido entre lo que es una actuación protocolariamente correcta y otra que aún sabiendo que no lo es, es aceptada precisamente porque refleja su carácter más humano que profesional. Pero también debemos saber diferenciar que en la hipótesis de no haber llorado esto no significaría en otra persona o ministro que no lo sintiera igual. Cada ser humano expresa sus emociones de distinta forma, unos somos más sentimentales que otros, nuestro carácter es distinto, sabes que nos puede influir nuestra propia situación personal, etc. 
 
Esta situación prdoucida me gusta y la admito. Lo que desde luego no contemplaría jamás es lo mismo o algo similar en las ministras de nuestro aún ¿ gobierno ?. 
Saludos.

Blanca Sánchez R. • Emilio, prácticamente nuestro comentario tenía una carga emocional parecida. 

Ahora, sincieramente, pienso que nuestras ministras y ministros anteriores y futuros no llorarán nunca en público, precisamente porque viven demasiado bien y si algún día tienen tristezas, algo que no dudo, su alegria personal de saberse protegido económicamente superará la misma y lógicamente no llorarán. 

Solo se llora cuando se está emocionalmente superado por las circunstancias. El egocentrismo de nuestros polítc@s les secará las lágrimas y si algún día consiguen sacarlas probablemente sean de cocodrilo o muy breves, sin interiorizar. 

Las emociones, cuando se está acostumbrado a esconderlas, solo surgen por temas muy graves, tanto en la política como en la Dirección de las Empresas.



EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Blanca, totalmente de acuerdo con tus opiniones y como las expresas. Además recalcaría a lo que explicas que cuando surgen las emociones por temas graves, normalmente ya es demasiado tarde y no hay solución posible, tan sólo esperar medidas drásticas. 
 
Sigo queriendo tener esperanzas en nuestro sistema político y desearía ver en los dirigentes un poco más de humanidad, comprensión y sentimientos reales. Es cierto que en algunos lo vemos más que en otros que son como témpanos de hielo, pero insisto en que deseo y quiero tener aún esperanzas en la nueva forma de actuar que presupongo van a demostrar. 
 
E insisto nuevamente, totalmente de acuerdo contigo.

María del Carmen Calderón Berrocal • NO. UN DIRECTIVO TAMBIÉN ES UN SER HUMANO.



Mar Ruiz • ‘Los líderes que obtengan el mayor apoyo en el futuro aumentarán su capacidad de expresión emocional, ingrediente clave del propósito, persuasión e inspiración’.
Jay Conger, profesor de la Facultad de Negocios de Harvard.

Estoy con Juan en que la empatía es algo que ni políticos, ni directivos, ni líderes en cualquier ámbito deberían olvidar. Humanicemos la tecnocracia, ocultar las emociones y sacar las caretas es lo propio? sí, es lo propio de un carácter flemático, pero creo que son bobadas del siglo pasado, tal vez de una moral victoriana donde hay que mantener las apariencias. Hoy la gestión de empresas y estados debe estar regida por algo más que caretas, tenemos ejemplos de sobra : un Obama que rezuma inteligencia emocional y usa sus emociones para cautivar a sus electores, un Nadal como ejemplo de liderazgo, Mandela, Rigoberta Menchú, Luis Bassat, etc etc etc..

Calibrando con PNL sabemos si la emoción de la Sra. Fornero ha sido genuina o no. Calibrar es también entrar en el espacio del otro y entenderlo, eso a fin de cuentas es empatía y el mundo está muy falto de ella. Como dice Mari Carmen, primero somos humanos y depués la vida nos da puestos de distinta responsabilidad, es mejor no olvidarlo.


EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Añadiría también que sonreir es calidad, como también otros gestos emocionales. 
 
Calidad humana. 
 
Mº Carmen, está claro y es evidente que un directivo, ministro o panadero son seres humanos. Sí pero sus trabajos ni son iguales ni van dirigidos en 1ª línea de actuación al mismo sector de público y por supuesto protocolariamente no pueden ni deben ser iguales en sus líneas de actuación. 
 
Por esto, ya he explicado mis opiniones al respecto en uno y otro sentido en anteriores post que te invito a que leas. 
 
Lo digo porque quisiera saber las opiniones de si admitís una parte "humana" en la actuación que puede ser contraproducente en la parte protocolaria o por el contrario es bien admitida. Puede ser un ejemplo similar, como ya he dicho, a la actuación que tuvo S.M. Juan Carlos I cuando contestó a Chavez con el famoso "... ¿ por qué no te callas ?. 
 
Saludos.

María del Carmen Calderón Berrocal • Es que Emilio yo pienso que hay que desprotocolizarlo todo un poco. 

A veces el ser humano crea barreras para nada, en vez de dirigir las cosas a que la gente se tienda la mano, parece que la sociedad se obstina en encorsetar las cosas y en encajonar relaciones. 

Tanto protocolo inútil para qué??. Piensalo, pensadlo ??. 

Yo, por ejemplo, tengo una cruzada en contra del usted, no quiero que me llamen de usted, hay fórmular que establecen barreras innecesariamente a la comunicación, a la sociedad parece que le gusta marcar distancias, cuando lo oportuno sería lo contrario. 

Todo más distendido es mucho mejor. Hay un falso sentido del respeto. Respeto no es llamar de usted a nadie, no se es más profesional porque no se llore en el trabajo en una ocasión que lo requiere, cuánto más cercano verían los trabajadores al jefe que deja verdaderas tonterías a un lado y se hace uno con sus trabajadores. En esta línea estoy segura de que el respeto no solo es mayor sino más auténtico. 

El rey en aquella ocasión, como diríamos en Andalucía "estuvo sembrao" ¡¡. Dijo lo que tenía que decir y con toda la autoridad del mundo, si el otro es un bocazas que se modere, así evita que se lo llame al orden. Toda reacción obedece a una causa previa. 

Emilio no me había leido los post, tampoco ahora porque me llegan correos e intento quitarmelos como puedo, pero vi el título del foro y me llamó la atención y pensé que cómo no decir que por qué un directivo no va a llorar si se tercia, pues no está permitido reir, por qué no llorar. 

Somos humanos, no máquinas, eso no hay que olvidarlo. Hay que desdramatizar mucho porque los dramas no son buenos. 

Y perdonad que aún no me haya leído los posts o todos ellos ya lo iré haciendo. Saludos a todos



juan jose romero crusat • El gran problema de las organizaciones es que los directivos "viven" cien pisos por encima de la gente y desde ahí no "conectan" con sus empleados. Esa enorme distancia anula las emociones y los sentimientos, y hace que los de abajo se sientan "solos" ante la alta dirección. Las manifestaciones como las lágrimas o las sonrisas transmiten cercanía, y esto siempre favorece a las relaciones humanas, especialmente entre niveles diferentes.

No entraré a valorar el caso de la política porque me da asco es asunto; son personajillos que viven de la hipocresía y el oportunismo y eso hace dudar hasta de si son reales o no de los sentimientos que expresan. Pero en el mundo de la empresa, sí veo positivo que la comunicación entre estamentos vaya cargada de las emociones que se generen en cada caso. Obviamente, emociones sinceras (no ficticias, como hacen muchos políticos).

Un cordial saludo









EMILIO JESUS MARTINEZ PESQUERA • Pues sinceramente yo sí pienso que hay diferencias y foros donde el lenguaje utilizado debe ser distinto, al igual que los interlocutores tienen distinta educación, cultura y conocimientos. No es que un determinado foro sea mejor que otro o más o menos respetable que otro, lo que no podemos es ponernos una venda en los ojos. Esto también es realidad y al igual que hay normas, reglas y protocolos que debemos intentar respetar no significa que sea tampoco mejor o peor. No podemos actuar todos al libre albedrío, sino convertiríamos todo en una absoluta anarquía y yo estoy en contra de esta situación, 
 
Y no por no llorar en ocasiones no significa que no se sienta. Cada persona expresamos nuestras emociones de forma distinta y todos debemos respetarlo y entenderlo. 
Y a mí me gusta expresar las emociones también, pero no por llorar o no llorar soy más humano. Lo mismo interiormente me lo "trago" y luego lo sufro con problemas estomacales por ejemplo. Insisto en que no creo sea más o menos humano, llorar, aplaudir, etc. 
 
Lo interesante y lo bonito es conocer a las personas y saber como demuestran sus estados de ánimo. 
Saludos a todos.



araceli bernardos cuesta • Hola a tod@s me parece muy interesante cada una de vuestras opiniones y quiero expresaros la mía ya que no me parece una situación paralela la situación de un pais y la expresividad que puede manifestar un politico con las situaciones in extremis que puede tener un directivo,, . mientras los primeros deben estblecer lo que interesa o no a un pais y su evolución sin poner cara a nadie de los que puedan verse afectados el directivo aunque sea de una multinacinacional ven las caras de sus decisiones y ven en propias carnes sus consecuencias inmediatas. 
 
Creo que debemos entender que debemos humanizar las empresas y en ese punto deberiamos mantener informados a toda la organizacion de cada pequeño logro,de cada pequeño exito y personalizarlos por supuesto en contrapunto deberimos informar de los costes en cada sector, subseccion etc, y de las perdidas de negocio al minuto asi como de las consecuencias si se mantiene un tipo de coste o situacion. 

No veo factible que sea bueno expresar mediante lloros las decisiones fuertes tomadas y que afecten al personal ...perdonarme pero..me parece una situacion más alarmante,, para las personas que tengan continuidad en una empresa. y por desgracia "el dinero no tiene corazón" 

Suelo tragarme mis propias emociones sobre las decisiones duras que nos podemos ver abocados a tomar y por supuesto me uno a Emilio Jesus con los problemas estomacales,... 

En cuanto al tema político al igual que Juan José ...prefiero no opinar...es desmotivador y totalmente deshumanizado. 

Por cierto Maria del Carmen, de acuerdo contigo en la cruzada encontra del Vd....la barrera que coloca es casi infranqueable y realmente el respeto va mucho más allá. 

Saludos a todos y vamos a por el miercoles.¡¡



Juan Ignacio Barenys de Lacha • Buenas noches 
Sin retóricas. definitivamente: SÍ 
De nuevo, buenas noches

Eduardo Colomer Martínez • Gracias por vuestras opiniones. 

Pienso que sí se puede establecer la comparación entre un ministro y un directivo. Ambos son dirigentes de una organización. 

Como habéis comentado, está bien visto que los dirigentes manifestemos nuestra alegría cuando anunciamos medidas positivas. Pero existe cierta reticencia a que lloremos (no siempre: ya que habéis mencionado a la familia real, recuerdo a la Infanta Elena llorar al ver a su hermano desfilar en Barcelona 92, a su padre en el funeral del Conde de Barcelona o a Doña Sofía en determinados funerales; creo que eso les humaniza, pero no son lágrimas al tomar o anunciar una decisión, que es lo que nos ocupa). 

Por otra parte, los dirigentes tendemos a llorar más cuando las decisiones nos afectan personalmente que cuando inciden en los demás. Es más factible que un dirigente se emocione cuando sale de la organización que cuando anuncia la salida de otras personas. ¿Recordáis que Moratinos lloró al anunciar su salida? ¿Recordáis alguna otra ocasión que haya llorado en su cargo? 

Los sentimientos no deben guiar exclusivamente las decisiones del dirigente o de las personas. Si fuera así, los políticos no declararían guerras (por compasión hacia las víctimas), los directivos jamás despedirían, no se ejecutarían desahucios, los jueces podrían no aplicar el derecho penal, los policías no pondrían multas, los padres no castigarían a sus hijos... Todas estas acciones dañan a uno o más individuos a corto plazo, pero tienen sus beneficios hacia el propio individuo, hacia la comunidad o hacia la organización a la larga. 

Por el contrario, un dirigente no puede tomar decisiones sin tener ninguna empatía sobre los que van a sufrir dichas decisiones. 

En resumen, los dirigentes deben tomar las decisiones pensando en como afectarán racionalmente a su organización y como afectarán emocionalmente no sólo a los que las sufrirán directamente, sino a todos los stakeholders.

Fares Kameli • No creo que tenga mucho que añadir a lo ya dicho, pero si es verdad que en el anuncio no es el momento "mas aconsejable", la decision ya se ha tomado y debe haber habido tiempo para "rumiarla" y para las lagrimas. 
con la positividad, es otro tema mas de "liderazgo" que a veces hasta se fuerza demasiado, pero si es verdad que al ser mas comun se ve "mejor" 

Al fin y al cabo somos humanos, y el juzgar es facil, pero cuando los directivos estan muy lejos de su personal (la mayoria de las veces) no es muy entendible ese comportamiento, por que ademas al tomar decisiones duras es cuando se es mas critico con quien las toma,sin ser directivo (si he sido Director) ya es dificil tomar decisiones "dficiles" y las piensas, re piensas, preparas...tratas de ser asertivo y empatico, pero algo "distante" (por decir algo, cuando otros las sufren es desaconsejable que "pueda interpretarse" que tu lo sufres aun mas)...y cuando te las comunican a ti, tambien es duro y tratas de mantener la calma, no somos juniors,es muy complicado juzgar el comportamiento de alguien en esa situacion sin estar en su piel 
Es solo una opinion


María del Carmen Calderón Berrocal • Decía Emilio “No podemos actuar todos al libre albedrío, sino convertiríamos todo en una absoluta anarquía y yo estoy en contra de esta situación”. Creo que no se trata de eso, no se trata de que cada uno vaya al son que le de la gana, se trata de humanidad, las lágrimas son como la sonrisa, lo que pasa es que educacionalmente se las reprime porque se entienden como síntoma de debilidad y no de humanidad. La anarquía no tiene nada que ver con esto. 

El que quiera llorar que llore y el que no que no llore, pero de eso a decir que un directivo no está bien que llore, va un abispo, porque un directivo es tan persona como cualquier trabajador independientemente del escalafón que ocupe en la jerarquía. 
 
Se trata simplemente de que si en una ocasión determinada llora una persona de dirección, NO ESTÁ MAL, no es que vaya a estar todo el día llorando, pero si lo hace no pasa nada. No es ninguna patología ni nada, es hasta bueno, porque expresa sentir con los demás. 




 



Sí Araceli, el respeto es algo muy distinto, necesitamos quitar barreras entre las personas, sin que ello sea sinónimo de falta de respeto. En Francia el vous es usted y vosotros, en España usted hace plural en ustedes; yo procuro utilizar el vosotros, de vos, una forma arcaica del castellano que debería haberse respetado, hay cosas abominables que se conservan como tradición y hay cosas tradicionales que se relegan estigmatizándolas y con ellos se convierten en mártires del idioma. 

Por supuesto que se puede establecer comparación entre directivo, ministro político, se supone que todos, independientemente de la denominación están en la cabeza de una entidad, empresa, partido Estado. Todos reciben el mismo respeto, el irrespeto se lo ganan ellos o lo pierden a voluntad, recordemos que obras son amores y no buenas razones. 

Todo el mundo tiene cierta reticencia a llorar en público, no es que lo vayamos a poner de moda, PERO SI ALGUIEN LLORA, NO PA SA NA DA. Es más queda hasta humano y todo. Algunos se sientan en su “escaño” y se creen que son de otra pasta que los demás y todos somos lo mismo. El trabajo será distintos, las circunstancias distintas, pero cada cual deberá optimizar su labor allá donde deba realizarla, si no lo hace, eso es lo recriminable, no el que llore o no. 

Todavía inexplicablemente lo tienen peor los directivos masculinos que los femeninos, parece que la civilización asocia las lágrimas a la condición femenina. Otra gran equivocación. 

Por que el directivo llore o deje de llorar, no significa que sus actos dependan de sus sentimientos. No nos equivoquemos. El directivo sabrá sopesar razón y emoción, pero lo mismo que ríe en el trabajo puede llorar. No tiene que pagar ningún canon, ni ninguna multa, ni se lo va a estigmatizar. Hay que procurar educar a la sociedad más racionalmente, y esto no quiere decir más cuadriculadamente, sino más inteligentemente.

Saludos.




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