Lola, aunque te parezca que todos los días
son iguales, ninguno lo es, creeme. No es posible que pensaras ayer lo
mismo que pensaste hoy en el mismo momento del día; no es posible que te
alegraras ayer a la misma hora que hoy; no es posible que la misma hoja
del libro la pases de la misma forma que ayer, … hay infinitas cosas
distintas en cada día, aunque a simple vista pueda parecer una secuencia
repetitiva y sin chispa.
Hay que dar gracias a Dios de que a veces no haya chispa. Hay un cuento o una parábola que habla de alguien que pedía una cosa y obtenía lo contrarío, volvía a pedir otra cosa y como lo pedía se le concedía, pero obtenía el efecto contrario al deseado. Al final terminó por decir “Virgencita, por lo menos que me quede como estaba”. Hay que dar gracias hasta porque no pase nada, porque en un momento determinado, y la vida es como un libro, las cosas pueden cambiar, a mejor, pero también puede que a peor.
La monotonía en los días son existe, la monotonía está en nuestra forma de afrontar las cosas.
Cada uno es uno, personal intransferible y como dice Serrat: “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti, saca de paseo a tus institntos y ventilalos al sol, y no dosifiques los placeres, si puedes derrochalos”.. Vive cada día como si fuera el último que te toca vivir. Pero esto no signifca que saques los pies del plato ni nada semejante, si quieres sacarlos sácalos también; todo está bien si no se perjudica al hombre y al mundo.
A San Agustín le preguntaron cuando era chico, y estando jugando como un niño más, una vez, que qué haría de saber que momentos después de la pregunta moriría, a lo que respondío: seguir jugando.
La vida es así porque tiene que ser así, podemos modificar las cosas pero no cambiarlas. Hay que ser junco en la corriente y agua para poder adaptarse a las circunstancias que vayan viniendo.
Saludos. MCarmen
Hay que dar gracias a Dios de que a veces no haya chispa. Hay un cuento o una parábola que habla de alguien que pedía una cosa y obtenía lo contrarío, volvía a pedir otra cosa y como lo pedía se le concedía, pero obtenía el efecto contrario al deseado. Al final terminó por decir “Virgencita, por lo menos que me quede como estaba”. Hay que dar gracias hasta porque no pase nada, porque en un momento determinado, y la vida es como un libro, las cosas pueden cambiar, a mejor, pero también puede que a peor.
La monotonía en los días son existe, la monotonía está en nuestra forma de afrontar las cosas.
Cada uno es uno, personal intransferible y como dice Serrat: “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti, saca de paseo a tus institntos y ventilalos al sol, y no dosifiques los placeres, si puedes derrochalos”.. Vive cada día como si fuera el último que te toca vivir. Pero esto no signifca que saques los pies del plato ni nada semejante, si quieres sacarlos sácalos también; todo está bien si no se perjudica al hombre y al mundo.
A San Agustín le preguntaron cuando era chico, y estando jugando como un niño más, una vez, que qué haría de saber que momentos después de la pregunta moriría, a lo que respondío: seguir jugando.
La vida es así porque tiene que ser así, podemos modificar las cosas pero no cambiarlas. Hay que ser junco en la corriente y agua para poder adaptarse a las circunstancias que vayan viniendo.
Saludos. MCarmen