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§ Juan Pedro Clemente Aprecia Foucault que la oposición al poder no es exterior a él. En tanto todo poder crea resistencia, la oposición es inmanente a él, a cada forma de su estrategia, a cada nivel de su eficacia. Por ende, no existe una única fuerza del gran rechazo. Por tanto, no es solución a la totalidad de la sociedad la mera toma del poder por un grupo, de manera que la lucha no puede centrarse principalmente ahí. Aún más, constata Foucault que los poderes no están relacionados en forma externa con lo económico; su vínculo es íntimo. Expresamente Foucault quiere superar la comprensión marxista de la relación infraestructura - superestructura, ya que el poder está en todas partes, en todas las modernas instituciones disciplinarias. Del mismo modo, la oposición opresores - oprimidos debe ser reemplazada por mecanismos y relaciones más complejas que traduzcan las distintas fuerzas en el sistema de poderes. La misma teoría de las ideologías debe ser rechazada por una relación más compleja. El discurso revolucionario debe por tanto ser realizado estratégicamente, es decir, “micropolíticamente”, en términos focales, locales y cotidianos
MCarmen Calderón Berrocal La oposición al poder no es exterior a él porque sin ella no sería tal poder, poder sobre qué, ha de ser poderoso sobre algo o alguien para que el concepto pueda existir; los contrarios en realidad son complementarios, porque si uno no existiese, el otro tampoco lo haría, al menos, no de la misma forma.
Al blanco le hace falta el negro para mostrar su intensidad, si no existiese el negro, compararse con cualquier otro en la extensa gama de colores no sería suficiente, no lo haría representante de la claridad sin su representante de la oscuridad por excelencia sopesando de otro lado. El signo positivo no existe sin el negativo; la belleza no existe sin la fealdad. Porque la vida y el universo responden a leyes de comercio, todo tiene una contrapartida, todo es un toma y daca un haber y un debe. No existe una "única fuerza del gran rechazo" lo mismo que en el arco iris no existe un solo color, para ser arco iris los necesita a todos ellos, porque el todo es su identidad, el conjunto de ellos es la identidad. En este caso la identidad del Estado.
En cuanto a la "toma del poder por un grupo", depende de qué grupo. Un régimen militar en realidad ni tiene una ideología definida, lo marca el servicio a la nación, la defensa de la nación, así tenemos ejemplos de regímenes militares que no tienen por qué obedecer a una ideología concreta. Distinto es cuando se utiliza el brazo armado del ejército para imponerse en el gobierno. No se impone el ejército sino una ideología toma el poder teniendo como instrumento el brazo armado del Estado; aquí en la misma guerra del 36 el ejército sirve a dos bandos, se excinde el ejército entre los que apoyan la constitucionalidad, por desastrosa qque fuese y los que deciden terminar con el caos absoluto y poner remedio a desmanes sin comparación en la historia de España. Uno sirve a la legislación y otro obedece a su fin originario, la defensa de la Nación, del orden, para salvar el país había que saltar por encima de lo que lo estaba hundiendo. La ideología es levantar el país, no luchar contra ninguna ideología, sino contra todos los desmanes, de hecho un militar, por principio debía ser apolítico, debe obviar cualquier pronunciamiento ideológico.
Así que aquí hay errores gravísimos de conceptos, se ha hecho creer a la gente una cosa cuando en realidad es otra muy distinta. Sí, en todas las instituciones existe poder, aunque hoy esto no se concibe como poder, sino como jerarquía, por más que haya quienes hablen de "mi superior", se refieren al que está por encima en jerarquía, no en poder, un poder no se discute; sin embargo cuando existe algún problema laboral o institucional se denuncia, se pleitea, que es lo que corresponde, procediendo de esta forma, en realidad lo que se está haciendo es ir contra "el poder".
Hoy el "poder" para resistir no se reviste de galas marciales ni de condecoraciones, se reviste de contactos y alianzas que mantienen al grupo unido frente a lo que "ellos" consideran que puede ser una amenaza. Amenaza a poderes personalistas, en realidad, no ideológicos; se ha tendido a economizar la política, es decir a verlo todo en forma materialista, el poder político va de la mano del indiscutible poder económico. No hay más que ver quienes se colocan, los que tienen una red de contactos infranqueable, los que pertenencen a un brazo político, porque quienes manejan las instituciones lo manejan todo, a su servicio, esa es la equivocación, que están para socorrer a todos y no para beneficiar siempre hasta los mismos, de manera que unos están en plena pobreza mientras que otros, sin méritos reales, sin edad, sin formación, se ahogan en su propio dinero y no saben qué hacer con él. Esto es una traición política. Si un gobernante toma el poder es para servir al pueblo, no para servir a sus adeptos, porque... y los demás..., no tienen derecho a la vida; por otra parte qué consideran adeptos, a quienes opinan como ellos o a quienes los sirven ciegamente.
He visto como verdaderos miserables, que no valen un duro, están percibiendo sueldos de pena ejerciendo labores diversas siendo la principal lamer las botas del opresor, oy, en pleno siglo XXI, cualquier cosa que se parezca a ideología, desde luego, no tiene nada que ver con esto. Esto es presión.
Por qué se mantiene esto, porque el/los opresores no hacen más que obtener beneficios a costa de la miserabilidad de estos antes mencionados, a los que "premian" con alguna cosa que a ellos les pueda parecer un caramelo, la publicación de un libro, una ponencia en algún congreso, "estabilidad", será miserabilidad laboral, porque la estabilidad es otra cosa; la estabilidad no conlleva problemas psicológicos en estas situaciones se favorecen actuaciones perversas, acoso laboral, injurias, envidias, contra quienes puedan aparecer ofreciendo un poco de sombra. Recordemos que "en el país de los ciegos, el tuerto es el rey".