Debate creado el el 31/10/2009
|
15777 visitas
|
Escrito por María Del Carmen --- el 03/11/2009
Creo que tenemos la posibilidad de conducir nuestra
mente, conducir o reconducir los pensamientos que fluyen a nuestra
consciencia; los que fluyen en nuestra "inconsciencia", en el sueño,
esos creo son más difíciles de manejar, no los podemos manejar, solo
interpretar. Podemos barnizar los pensamientos con pintura del color de
la bondad, si es que son de odio; de confianza, si es que son de temor;
de... , pero pienso que se requiere maestría y cierta frialdad para
llevar esto a cabo.
Debemos reconducir lo negativo hacia lo positivo, pero no debemos dejar que ciertos prejuicios, normativas, reglas... , actúen negativamente, podemos quizás equivocarnos y estar reconduciendo algo equivocadamente. Debemos reconducir el pensamiento siempre que se mejore, siempre que uno se trascienda a sí mísmo, siempre que sea para crecer personalmente. Se puede ganar personalmente y "perder" socialmente. He visto a personas reconducir pensamientos positivos y maravillosos hacia otros derroteros, simplemente porque el interés material o social estaba ahí presente. Si esto se produce, qué valor realmente tiene esa persona. Podemos también orientar o canalizar la mente hacia la serenidad, la relajación, la meditación nos llevarán a la tranquilidad necesaria para encontranos realmente con nosotros mismos y hacernos sentir mejores con nosotros, más en armonía y poder de esta forma ver con mayor claridad las cosas. La prisa, la desesperación, la inquietud, no llevan más que a la toma de decisiones rápidas y quizás más fáciles de lo aconsejable, y por lo mismo perjudiciales. El pensamiento debe ser reflejo de nuestro ser, de lo que somos y de lo que queremos ser; hay aquí una fuerte expresión volitiva, y de respeto hacia el propio ser, hacia el problema que se plantea y hacia los que de algún modo se ven afectados por el tema. Hemos de estar seguros de si realmente queremos cambiar de pensamiento. Aquí no caben prisas, una precipitación puede llevar a decidir cosas no convenientes, pero tampoco la suspensión del juicio, el laissez faire, debe permitirse. El ser tiene antes que nada un compromiso consigo mismo. Ni aturrullarse ni dejar pasar sin decidir responsablemente, hay que dejar fluir el pensamiento, tomar conciencia y asertivamente decidir si la opción del cambio es la buena o no. Los pensamientos se pueden controlar una vez que somos conscientes de ellos,... Pero... , realmente merece la pena cambiarlos?... |