¿Que crees que son las culturas y tradiciones indigenas y que sabes al respecto de ellas?
En esta ocasión podemos recordar como es / era la
concepción del mundo y del universo de la cultura maya, podemos citar
un trabajo interesante " Hechos de Yucatán" de M ichel A ntochiw y R ocío A lonzo, que concluyen que en el pensamiento maya, la destrucción del Tercer Mundo fue seguida de
la creación del Cuarto que dio principio con la colocación de tres
piedras para formar el primer fogón que alumbraría el nuevo universo.
Este hecho ocurrió el 13.0.0.0.0.4 ahau 8 kumku
en el calendario maya, o sea el 4 de agosto del año 3114 antes de
nuestra era. En el cielo, se ven todavía estas tres piedras abajo del
cinturón de Orión, entre las cuales brota el humo de la primera fogata
en la nebulosa de esta misma constelación.
Poco después, los dioses crearon el espacio estableciendo los cuatro
lados y las esquinas del mismo, y en el centro, para separar el cielo de
la tierra, irguieron la ceiba sagrada, el Wakah-kan
que, bajo la forma de la Vía Láctea, desde el sur apunta hacia el
norte. La erección de este árbol no sólo definió el espacio donde todas
las cosas existen, sino que dio también principio al tiempo ya que,
alrededor de la estrella fija, Xaman Ek
o Estrella Polar, que culmina la Vía Láctea, vemos girar regularmente
todas las constelaciones. Hasta el presente, en el centro de la plaza
central de los pueblos mayas, frente a la iglesia, crece una ceiba cuyas
ramas penetran en el cielo y las raíces en el inframundo.
Entonces, tiempo y espacio, inseparables en la creación, determinan el
ritmo de la vida, el eterno renacer de las cosas y de los seres que,
como las plantas, mueren en ciclos que se suceden para dar vida hasta
que el cuarto mundo en que vivimos llegue a su término. Agotado así el
ciclo de los trece
katunes
, o períodos de 400 años, terminará el tiempo y con él, el espacio, el
23 de diciembre del año 2012, para que sea creado el siguiente mundo que
entre los nahuas se llama el Quinto Sol.
Así pues, en el pensamiento maya, nada era estático y todo se movía
armónicamente en ciclos de duración distinta, como lo hace el sol que
nace en el oriente, asciende los trece cielos u
Oxlahuntiku , se hunde después en el inframundo al poniente y recorre los nueve niveles del Bolontiku , para volver a salir en el oriente e iniciar un nuevo día. Pero el sol, llamado Kin
, si bien trae en el alba luz y calor, también arrastra consigo algunas
manifestaciones destructivas tomadas del inframundo y temidas por el
hombre, como la sequía que quema plantas y animales.
El Día de Muertos es una “fiesta” en el sentido más puro de la palabra,
o sea que, repitiendo fielmente como en el principio gestos y palabras de los dioses, el hombre anula el tiempo y el espacio y, purificados
sus pecados, regresa a los tiempos míticos de la creación, a una época
en que todavía no se cumplía ningún ciclo, cuando obviamente no existía
la muerte. Para ello, y a pesar de la influencia del catolicismo, los
mayas, en gestos y acciones simbólicas, vuelven a crear el espacio
disponiendo una mesa con sus cuatro lados y esquinas para el altar de
los muertos, donde colocan las cuatro jícaras de los puntos cardinales y
tres más para representar el fogón, el primer hogar. En el centro,
sobre el mantel blanco del norte, colocan una cruz de madera de color
verde en representación de la ceiba y 23 jícaras con alimentos sólidos,
nueve para los Bolontiku , trece para los Oxlahuntiku
y una para el nivel terrestre. Los siete montoncitos de trece tortillas
que en total son 91, representan los días de una estación, la de la
cosecha, o sea del renacimiento del maíz, el alimento y sustancia del
hombre.
Con la cancelación del tiempo y
por lo tanto de la muerte, cumplido el rito de la erección de los
altares, los seres desaparecidos regresan en forma de ánimas o Pixan. De hecho, la anulación del tiempo hace que los difuntos
“no hayan muerto”, simplemente existen como ánimas que regresan a sus
casas, como si nunca hubiesen salido de ellas. Debido a que ya no se
sepultan en sus casas, las ánimas deben ser guiadas desde el cementerio
hasta su hogar con velas que les muestran el camino.
Contrariamente a la religión cristiana en que Dios creó el mundo para
el goce del hombre, para los mayas el hombre es sólo parte de la
creación y su propósito es el de hacer vivir lo que ha sido creado para
continuar la creación y alimentar a los dioses con su sangre como éstos
lo alimentan con el maíz. La vida es un eterno intercambio y los
difuntos, hechos ánimas, regresan el día de su fiesta para recibir las
ofrendas, el alimento que les dará la existencia un año más. Pero como
el sol, que en su bondad puede resultar dañino, el ánima del difunto, en
su alegría, puede también resultar peligrosa cuando el difunto no ha
sido agasajado a su gusto por los vivos que tienen la obligación de
atenderlo. La fiesta de los muertos es también la re-creación de la
vida, parte de las obligaciones del ser humano ante el universo.
Saludos. MCarmen
Saludos. MCarmen