En: Escrito por María Del Carmen --- el 09/07/2010
En anterior post hacía referencia entre otras cosas al
juego de pelota. Sería interesante acercarnos tanto al juego de pelota
como a las culturas que lo practicaron. Si os parece os presentaré un
resumen de un texto de Pedro Martínez Moya " Pre-hispanic ball game: characteristic of the game of gods" que trata bien este tema.
En el continente americano y especialmente en México desde la llegada de los primeros pobladores (hace más de 30. 000 años) hubo importantes progresos, aprendieron a cultivar la tierra, a trabajar el barro y la piedra así como a domesticar animales, o sea Neolítico.
Con el tiempo las aldeas se convirtieron en ciudades, surgen las religiones, leyes, el arte, ciencias, inventaron sistemas de escritura y numeración.
La zona mas importante de este desarrollo cultural en México fue Mesoamérica, donde se conoce la presencia del hombre en estos territorios con fecha de hace 21. 000 a 14. 000 años.
Por la influencia del medio geográfico, las culturas que surgieron fueron diversas: grupos recolectores, cazadores, sociedades tribunales y complejas civilizaciones de gran esplendor, como la Olmeca, Teotihuacana, Mayas, Zapotecas, Mixtecas, Toltecas, Tarascos y Aztecas.
La cultura más antigua de la que se conocen sus manifestaciones es la Olmeca (1500-200 a.C.). El nombre olmeca deriva de las palabras náhuatl olli, goma, y mecatl, estirpe (Piña y Laurencich, 1990). El nombre designa el área metropolitana olmeca: Tabasco septentrional y Veracruz meridional, región mexicana de la goma, material utilizado para la fabricación de la pelota.
Los centros ceremoniales más importantes de esta cultura fueron San Lorenzo, que fue abandonado hacia el 900 a.C. ; Las Ventas, último gran centro supremo de la cultura Olmeca (800-400 a.C. ) y Tres Zapotes (desde 400 a.C. ) en el que los arqueólogos ya no hablan de una unidad cultural entre los olmecas. En las dos primeras se encuentran canchas de tierra para la práctica del juego de pelota, aunque sin construcciones especiales (Castro, 1973).
El nacimiento del juego de pelota se sitúa en el desarrollo de estas civilizaciones, aunque es en 1995 cuando, en el sitio de Paso de la Amada, Chiapas, donde se localizó la que, hasta el momento, es la cancha más antigua con fecha entre 1400 y 1250 a.C. (Taladoire, 2000). No está claro que en la época Olmeca el juego terminara con un sacrificio humano, sin embargo es posible que las cabezas colosales, maravillosos ejemplos de la escultura olmeca, representen a jugadores de pelota decapitados (según Castro, 1973; Ortíz, 1992; Uriarte, 2000).
Esta cultura fue asimilada por otros grupos y fue perdiendo sus señas de identidad hasta la aparición de la cultura Teotihuacana (100 a.C.-600 d.C.). Su desarrollo fue tanto agrícolacomo comercial, sobre todo con la cultura vecina Maya. Esta cultura está relacionada con un periodo de disminución en la práctica y construcciones de juego de pelota en toda Mesoamérica, influidos por la gran urbe de Teotihuacán. Sobre las causas del desplome de esta gran cultura se barajan varias hipótesis, aunque parece ser que el incendio político-religioso sufrido a mediados del siglo VI d.C. Por la ciudad, junto con las presiones de ciudades en expansión como Tula, Xochicalco y el Tajín, son las versiones más plausibles de esta descomposición de Teotihuacán que provocó el éxodo de los teotihuacanos hacia regiones cercanas.
Contemporáneos a los teotihuacanos, pero con mayor proyección en el tiempo, apareció la cultura Maya (200 a.C.-1200 d.C.). Éstos mantuvieron vínculos de diversa índole con sociedades que habitaron Mesoamérica; lo mismo se encuentran elementos teotihuacanos en grandes metrópolis mayas como Tikal, y rasgos toltecas en lugares como Chichén Itzá, que aspectos mayas en importantes ciudades mesoamericanas como Xochicalco, Cacaxtla o Monte Albán.
Chichen Itzá recoge uno de las canchas de juego de pelota (el pok'ta'pok, como era conocido por los mayas) más famosas y mejor conservadas, en la que destacan sus altos muros verticales y su panel en relieve en el que se representa a jugadores de pelota durante un sacrificio.
Diversos autores (Ruz, 1983; León, 1983 y Scott, 1996; entre otros) señalan alrededor de la fecha 800 d.C. El comienzo de un fenómeno generalizado de deterioro de la civilización maya, que representa una ruptura total con los patrones sociales y culturales que habían prevalecido, llegando las Tierras Bajas del Sur a ser abandonadas paulatinamente y quedar prácticamente deshabitadas. Las causas que tratan de explicar este fenómeno, aún no han sido resueltas satisfactoriamente, pero la sobreexplotación del medio y la intrusión de grupos extranjeros con un bagaje cultural diferente, parecen ser las responsables (Bello y Picardo, 1998). Esto provocó una serie de migraciones hacia la península de Yucatán, en la que habitarían lugares como Uxmal, Kabáh, Labná o Chichén Itzá, hasta que el arribo de grupos de filiación tolteca, provenientes del Altiplano central de México, provocaron nuevas transformaciones en las pautas culturales de la región (Bourbon y Poljak, 1999). Esta presencia tolteca es más evidente en Chichén Itzá; en este sitio tiene lugar, entre los años 1000 a 1200 d.C. , la fusión de dos de las grandes tradiciones culturales mesoamericanas, la maya y la tolteca (Ruz, 1963; Bello y Picardo, 1998).
En el continente americano y especialmente en México desde la llegada de los primeros pobladores (hace más de 30. 000 años) hubo importantes progresos, aprendieron a cultivar la tierra, a trabajar el barro y la piedra así como a domesticar animales, o sea Neolítico.
Con el tiempo las aldeas se convirtieron en ciudades, surgen las religiones, leyes, el arte, ciencias, inventaron sistemas de escritura y numeración.
La zona mas importante de este desarrollo cultural en México fue Mesoamérica, donde se conoce la presencia del hombre en estos territorios con fecha de hace 21. 000 a 14. 000 años.
Por la influencia del medio geográfico, las culturas que surgieron fueron diversas: grupos recolectores, cazadores, sociedades tribunales y complejas civilizaciones de gran esplendor, como la Olmeca, Teotihuacana, Mayas, Zapotecas, Mixtecas, Toltecas, Tarascos y Aztecas.
La cultura más antigua de la que se conocen sus manifestaciones es la Olmeca (1500-200 a.C.). El nombre olmeca deriva de las palabras náhuatl olli, goma, y mecatl, estirpe (Piña y Laurencich, 1990). El nombre designa el área metropolitana olmeca: Tabasco septentrional y Veracruz meridional, región mexicana de la goma, material utilizado para la fabricación de la pelota.
Los centros ceremoniales más importantes de esta cultura fueron San Lorenzo, que fue abandonado hacia el 900 a.C. ; Las Ventas, último gran centro supremo de la cultura Olmeca (800-400 a.C. ) y Tres Zapotes (desde 400 a.C. ) en el que los arqueólogos ya no hablan de una unidad cultural entre los olmecas. En las dos primeras se encuentran canchas de tierra para la práctica del juego de pelota, aunque sin construcciones especiales (Castro, 1973).
El nacimiento del juego de pelota se sitúa en el desarrollo de estas civilizaciones, aunque es en 1995 cuando, en el sitio de Paso de la Amada, Chiapas, donde se localizó la que, hasta el momento, es la cancha más antigua con fecha entre 1400 y 1250 a.C. (Taladoire, 2000). No está claro que en la época Olmeca el juego terminara con un sacrificio humano, sin embargo es posible que las cabezas colosales, maravillosos ejemplos de la escultura olmeca, representen a jugadores de pelota decapitados (según Castro, 1973; Ortíz, 1992; Uriarte, 2000).
Esta cultura fue asimilada por otros grupos y fue perdiendo sus señas de identidad hasta la aparición de la cultura Teotihuacana (100 a.C.-600 d.C.). Su desarrollo fue tanto agrícolacomo comercial, sobre todo con la cultura vecina Maya. Esta cultura está relacionada con un periodo de disminución en la práctica y construcciones de juego de pelota en toda Mesoamérica, influidos por la gran urbe de Teotihuacán. Sobre las causas del desplome de esta gran cultura se barajan varias hipótesis, aunque parece ser que el incendio político-religioso sufrido a mediados del siglo VI d.C. Por la ciudad, junto con las presiones de ciudades en expansión como Tula, Xochicalco y el Tajín, son las versiones más plausibles de esta descomposición de Teotihuacán que provocó el éxodo de los teotihuacanos hacia regiones cercanas.
Contemporáneos a los teotihuacanos, pero con mayor proyección en el tiempo, apareció la cultura Maya (200 a.C.-1200 d.C.). Éstos mantuvieron vínculos de diversa índole con sociedades que habitaron Mesoamérica; lo mismo se encuentran elementos teotihuacanos en grandes metrópolis mayas como Tikal, y rasgos toltecas en lugares como Chichén Itzá, que aspectos mayas en importantes ciudades mesoamericanas como Xochicalco, Cacaxtla o Monte Albán.
Chichen Itzá recoge uno de las canchas de juego de pelota (el pok'ta'pok, como era conocido por los mayas) más famosas y mejor conservadas, en la que destacan sus altos muros verticales y su panel en relieve en el que se representa a jugadores de pelota durante un sacrificio.
Diversos autores (Ruz, 1983; León, 1983 y Scott, 1996; entre otros) señalan alrededor de la fecha 800 d.C. El comienzo de un fenómeno generalizado de deterioro de la civilización maya, que representa una ruptura total con los patrones sociales y culturales que habían prevalecido, llegando las Tierras Bajas del Sur a ser abandonadas paulatinamente y quedar prácticamente deshabitadas. Las causas que tratan de explicar este fenómeno, aún no han sido resueltas satisfactoriamente, pero la sobreexplotación del medio y la intrusión de grupos extranjeros con un bagaje cultural diferente, parecen ser las responsables (Bello y Picardo, 1998). Esto provocó una serie de migraciones hacia la península de Yucatán, en la que habitarían lugares como Uxmal, Kabáh, Labná o Chichén Itzá, hasta que el arribo de grupos de filiación tolteca, provenientes del Altiplano central de México, provocaron nuevas transformaciones en las pautas culturales de la región (Bourbon y Poljak, 1999). Esta presencia tolteca es más evidente en Chichén Itzá; en este sitio tiene lugar, entre los años 1000 a 1200 d.C. , la fusión de dos de las grandes tradiciones culturales mesoamericanas, la maya y la tolteca (Ruz, 1963; Bello y Picardo, 1998).
La cultura Tolteca (950-1250 d.C. ), tras la
caída de teotihuacanos, y la pérdida progresiva de poder de los mayas,
trasladó los centros de organización política y religiosa a Tula y
Chichen Itzá (León, 1983). Florescano (1995) recoge en su obra el
personaje de Ce Acatl Topolitzin Quetzalcóatl, sacerdote, héroe cultural
y rey de Tula, que encarnaría la imagen del dios mítico Serpiente
Emplumada, cargado de gran simbolismo en el juego de pelota. La
tradición tolteca fue transmitida por los aztecas, que la propagaron en
diversos textos y cantos que se comenzaron a publicar en los años
siguientes a la conquista española.
En Tenochtitlán se practicaba el juego de pelota o tlachtli, entre el pueblo méxicala la cancha de juego de pelota estaba en terreno sagrado, frente a los astilleros de cráneos de los que habían sido sacrificados en el templo principal; al lado, limitaba con el templo dedicado a los Caballeros Águila.
En Tenochtitlán se practicaba el juego de pelota o tlachtli, entre el pueblo méxicala la cancha de juego de pelota estaba en terreno sagrado, frente a los astilleros de cráneos de los que habían sido sacrificados en el templo principal; al lado, limitaba con el templo dedicado a los Caballeros Águila.
A la llegada de los españoles, éstos quedaron fascinados, lo
cuál se demuestra en las múltiples referencias que se han encontrado en
escritos de misioneros como Fray Bartolomé de las Casas o Fray
Bernardino de Sahagún. Incluso Cortés, en 1528, llevó a España algunos
jugadores para hacer una demostración ante el emperador Carlos V. El
juego tiene papel ritual, político y posiblemente económico que lo ubica
dentro de la esfera del poder y de la historia de las culturas
mesoamericanas.
En cuanto al huego en sí, estaba formado
por dos equipos de uno a siete jugadores, con un juez, que se enfrentan
en una cancha larga, dividida en dos, lanzándose directamente, o
haciendo pases, una pelota de hule no vulcanizado de unos tres kilos.
Ésta debe ser tocada por alguna parte del cuerpo o implemento que
estuviera permitido (mazo, guante, cadera, mano, antebrazo,... ), lo que
tal vez correspondía a variantes locales y/o cronológicas. Los tantos
se obtenían cuando la pelota se recogía o golpeaba con una parte del
cuerpo no autorizada; cuando la pelota era muerta o perdida. Cuando se
comete una falta con el pie, el equipo contrario lograba obtener de 1 a 4
rayas (tantos que eran convenidos previamente) y la posesión de la
pelota. Como era excepcional pasar la pelota por el aro, cuando esto se
lograba se ganaba el juego y el jugador que lo conseguía era agasajado
con "premios y honores".
Los jugadores utilizaban para
protegerse de los golpes de la pelota una faldilla hecha de cuero de
venado, algodón, cestería o madera, que era sujetada por un fajado que
servia para dar macicez a las caderas, sobre el fajado se amarra un
cincho de cuero, los codos y las rodillas se protegían con rodilleras,
los pies general mente iban desnudos o con tobilleras para evitar alguna
desgarre o luxación; y en Tula se utilizaban, además de todo lo
anterior, penachos de bellas plumas y sus mejores vestidos para la
ocasión. Según culturas se usan diferentes canchas y reglas, pero todas
estaban dedicadas al mismo tipo de juego. Y en relación con el
simbolismo del juego está el rito para la fertilidad de la tierra,
ceremonial guerrero y significado astral.
Saludos. MCarmen
Saludos. MCarmen