Las cosas que pasan, en realidad tienen un motivo, somos parte de un plan, así lo creo, y nosotros tenemos opción de modificar, pero no de cambiar. Sí hay cierto determinismo en todo esto. Es lo que he visto hasta el momento. Así que si algo sucede es porque tenía que ser así; si una circunstancia cambia, si una relación se termina, es porque esas personas ya han aprendido lo que debían de sí y entre sí; y la vida se proyecta hacia una nueva etapa; lo anterior nos sirve, positivamente, hasta los enemigos nos enseñan cosas que nos hacen crecer, o sea, que nos benefician, así que visto positivamente: en realidad no hay enemigos, porque éstos sin saberlo, nos hacen unos regalos que pa´ qué. Y podría contar muchas cosas sobre ésto, pero no habría espacio suficiente, así que piensen ustedes, verán que lo que digo es cierto. Por eso por ahí circula un refrán que dice: "cundo una puerta se ciera, una ventana se abre". Se abren nuevas posibilidades, y sin duda mejor que lo anterior, porque cuando algo termina, es que tenía sus días contados. TENEMOS QUE ESTAR ABIERTOS A LA FELICIDAD.
Pero ciertamente la FELIIDAD no está fuera de nosotros, la felicidad no nos la dan, la sentimos nosotros, la tenemos y la compartimos, es algo personal y entre varios, pero no depende de otros, depende de nosotros mismos. Hay muchos factores que inciden en nuestra percepción de la cosas. Por eso uno tiene que estar sobre su centro, sentir su existencia, su plenitud; sin dejar de proyectar hacia el exterior la energía POSITIVA, no la negativa, que pueda, así se hace camino, aunque no te muevas de una silla. Así se crece, así se proyecta uno, así se trasciende.
Eduardo conoce las enseñanzas de San Agustín. La felicidad no está fuera, sino dentro, tenemos que mirar hacia nuestro interior.
Saludos. MCarmen.