Ciertas personas que transitan por internet, en redes y demás, están obsesionados con rentabilizar espacio para así poder twitear cosas de más enjundia. Se dedican a ahorrar letras y desarrollan un odio visceral hacia las vocales. Los respalda un objetivo, y este es tal que aprovechar es espacio predeterminado por twiter para postear. Los 140 caracteres no dan para mucho y hay que rentabilizar.
Con lo cual fusilan la gramática y contagian su
escritura con ese mal que, incluso, pueden contagiar o pegar a otros; y terminan escribiendo fuera de las redes de la misma forma que lo hacen en sus
correos, en webs, blogs e incluso en el trabajo. La cosa tiene miga porque ya no se trata de algo sin importancia que se dice en una red social, el problema puede afectar al entorno laboral y aquí de lo que se trata es de tratar de evitar que el individuo se carge su medio de subsistencia.Otra versión psicótica en red es la que quien actua de un modo permanente y autorreferencial. Este tipo es como si se hubiera grabado una máxima para contestar a los demás cuando le solicitan o preguntan algo:“Deberías leer mi blog ”. Esta conducta va a terminar generando rechazo, tanto en red como en sus círculos sociales no virtuales, este sujeto no contesta las preguntas que se le hacen, quiere en realidad remitir a su interlocutor, para su vanagloria incluso pudiera ser, a sus escritos, que no es que sean buenos, pero son suyos.
Hay quienes gustan presentarse como gurús social media, el “Social
Media Guru”, algo que hoy día ya no dice gran cosa a menos que seas realmente especialista en la materia y tengas el respaldo de una titulación universitaria que lo abale. Hoy por hoy, casi todo el mundo tiene bastantes conocimientos, cuando no es un
experto, en la práctica con redes sociales. No estamos ante alguien distinto del resto, pero él sí lo ve así.