En debate: Decir las cosas por su nombre
Escrito por María Del Carmen --- el 18/02/2010
Gracias por la invitación Gris. Se me ocurre que:
“El mundo es un carnaval con careta de traidor, quien no la lleva en el alma la lleva en el corazón”. Pues muy mal. Porque hay que “jugar” siempre con una sola baraja, decir lo que verdaderamente se es y se piensa; callar a veces es ocultar, luego mentir; los peores pecados son los de omisión.
Generalmente la gente no ejercita lo necesario la sinceridad y esto ha dado lugar a dichos populares como: “De lo que veas, la mitad; y de lo que oigas, la mitad de la mitad”.
Después todo se paga, volvemos al efecto bumerang de la energía que se proyecta y se vuelve a recibir, esta circunstancia ha dado lugar a refranes como: ”casate por interés y me lo dirás después”, “el que a hierro mata a hierro muere”, “donde las dan, las toman”.
Qué fácil sería todo sin la hipocresía, sin la envidia, sin algunas cosas que corrompen el alma y que hacen que las personas, -inherente al ser humano es su imperfección-, que no se atrevan a actuar simple y llanamente como en realidad les gustaría, con la verdad por delante y por encima de todo.
Y es porque actuar de esta forma acarrea algunos problemas, porque la persona se sitúa como a contrapelo en la sociedad. Pero el que no tiene condición para actuar sino de esta honesta manera, tiene que atenerse a las consecuencias. Recordemos: “La Verdad os hará libres”.
El deporte nacional debería ser la honestidad. Bueno ¡¡, los deportes nacionales deberían ser la honestidad y la valentía.
Saludos. MCarmen
“El mundo es un carnaval con careta de traidor, quien no la lleva en el alma la lleva en el corazón”. Pues muy mal. Porque hay que “jugar” siempre con una sola baraja, decir lo que verdaderamente se es y se piensa; callar a veces es ocultar, luego mentir; los peores pecados son los de omisión.
Generalmente la gente no ejercita lo necesario la sinceridad y esto ha dado lugar a dichos populares como: “De lo que veas, la mitad; y de lo que oigas, la mitad de la mitad”.
Después todo se paga, volvemos al efecto bumerang de la energía que se proyecta y se vuelve a recibir, esta circunstancia ha dado lugar a refranes como: ”casate por interés y me lo dirás después”, “el que a hierro mata a hierro muere”, “donde las dan, las toman”.
Qué fácil sería todo sin la hipocresía, sin la envidia, sin algunas cosas que corrompen el alma y que hacen que las personas, -inherente al ser humano es su imperfección-, que no se atrevan a actuar simple y llanamente como en realidad les gustaría, con la verdad por delante y por encima de todo.
Y es porque actuar de esta forma acarrea algunos problemas, porque la persona se sitúa como a contrapelo en la sociedad. Pero el que no tiene condición para actuar sino de esta honesta manera, tiene que atenerse a las consecuencias. Recordemos: “La Verdad os hará libres”.
El deporte nacional debería ser la honestidad. Bueno ¡¡, los deportes nacionales deberían ser la honestidad y la valentía.
Saludos. MCarmen