En debate: ¿Podemos controlar los pensamientos?
Escrito por María Del Carmen --- el 27/01/2010
No se trata de hacer locuras irreparables, se
trata de ser rectos, pero no socialmente o empresarialmente, o
socialmente; sino rectos de verdad, con la propia persona que es parte
de un TODO que a todos afecta (su comportamiento, sus decisiones, su
ilusión, su humor…). Es lo que se dice “estar en su centro”. No en el
centro de nadie, sino en el nuestro propio. Esa es la verdadera moral,
la verdadera civilización, la verdadera sociedad, la verdadera
comunidad, la verdadera comunicación…
Amigo Lorenzo, dices: “ Ese es uno de los principales errores para poder controlar, "el deseo". ” El deseo se controla, claro que sí, hablo desde la experiencia de toda una vida, recta, ordenada, virtuosa…; por eso hay que preguntarse. ¿POR QUÉ NO LE HACEMOS MÁS CASO AL DESEO?. No es que vayamos a desear la Tierra el Sol, la Luna y las estrellas, todo a la vez. PERO SEAMOS SINCEROS, POR QUÉ NO HACER MÁS CASO AL DESEO? ¡¡ . Dices también :” Debemos mantener los deseos aquietados, control de nuestro cuerpo y sus necesidades adquiridas ”. Seguramente te estás refiriendo a cosas materiales, o sensuales que pueden desbordarse si no se controlan adecuadamente; pero creo que la educación, la elegancia, la racionalidad, etc. , tienen su papel también aquí. PERO no podemos ir por ahí con una armadura y un yelmo puesto las 25 horas del día que tiene 24. La armadura y el yelmo en sentido figurado como protectores no del cuerpo sino del alma, ENCERRADA EN EL HIERRO DEL CUERPO. STª Teresa decía: “ Aquesta prisión del amor en que yo vivo, Hace a Dios ser mi cautivo, y libre mi corazón; Y causa en mi tal pasión, ver a Dios mi prisionero Que muero porque no muero ”. Así que ya vemos si es antigua la lucha entre el demonio, el mundo, la carne, el alma, el cuerpo, la persona y DIOS. Otra cosa que me gusta repetir es que TODO ESTÁ BIEN CON MODERACIÓN. Luego no hay que controlar tanto deseo y pensamiento como actitudes que puedan desprenderse de los mismos. Hay que saber qué desear y qué no; pero una vez que se desea, será por algo. La legislación también tiene aquí mucho que decir, porque por desear, ya ves…, lo que muchos podrían desear… ¡¡ . ... |