En debate: ¿Podemos controlar los pensamientos?
Escrito por María Del Carmen --- el 27/01/2010
Si existe una sociedad entre dos personas y en un
principio empezó a un ritmo óptimo, pero en el discurrir del tiempo
cada socio evoluciona de una forma distinta porque distintas somos todas
las personas, y esa sociedad o empresa ya no funciona como en un
principio se pensó, porque los socios han evolucionado y puede que sus
intereses sean distintos, aunque los mantienen unidos unos intereses
económicos y de prestigio social, al no existir los mismos deseos, los
mismos objetivos, las mismas ilusiones, el clima empresarial se va
deteriorando; por más que sus socios puedan querer mantener la sociedad o
empresa, el objetivo y el plan siguen siendo los mismos, pero los
deseos ya no. PORQUE LA VIDA ES EVOLUCIÓN. Hay etapas en la vida, lo
mismo que hay peldaños en una escalera. Esto no quiere decir que un
escalón sea mejor que otro, de hecho técnicamente al menos han de ser
iguales, aunque pueden cambiar los colores, el enmoquetado…, por decir
algo… Sin el deseo el objetivo y el plan se van a la …; por tanto, el deseo es fundamental.
Yo me sorprendo diciendo de vez en cuando, cuando la ocasión lo ha requerido, que: para qué desear lo que no se puede tener. Eso evitaría muchos problemas. Por otra parte, hay que saber dirigirse hacia buenos objetivos, objetivos correctos. Pero sucede que quién o qué determina la bondad o la corrección de los objetivos. TODO ES RELATIVO y no solo en nuestra vida, desde nuestra óptica limitada de humanos imperfectos, sino también en el universo todo es relativo. De esto se infiere que la persona puede equivocarse eligiendo y descartando objetivos, puesto que la sociedad, la cultura, la ética, la moral……………, todo…………. , a veces, se confabula para hacer parecer una cosa como lo que no es. Algo bueno, siendo malo; mantener una empresa si ésta no funciona, obstinarse en que funcione cuando cambiar de sector sería lo más adecuado…, etc. Manteniendo una línea de selección de objetivos desde fuera, es decir, oyendo todo lo que condiciona a la persona y a la sociedad, en ocasiones se puede errar muy certeramente. Y tomar la linde en busca del objetivo empresarial considerado como correcto, apartando otros objetivos que favorecerían a la empresa y la llevarían hacia la plenitud en cuanto a productividad, rendimiento del personal, satisfacción personal…, etc. , etc. , etc. Se debería hacer una llamada a ser más consecuentes con la propia personalidad, eso podría ser muy beneficioso, pues si la persona se escucha profundamente, si escucha sus necesidades, si se escucha por dentro y por fuera, quizás llegue a decidirse por el objetivo que en principio hubiese descartado. Y esto como ejemplo aplicable a cualquier ámbito de la vida o de la existencia. Estoy haciendo un llamamiento a la SINCERIDAD con mayúsculas con nosotros mismos y con los demás. Ser consecuentes y honestos con la propia persona, y no tanto con los convencionalismos sociales, o empresariales, siguiendo el ejemplo de la sociedad. No se trata de hacer locuras irreparables, se trata de ser rectos, pero no socialmente o empresarialmente, o socialmente; sino rectos de verdad, con la propia persona que es parte de un TODO que a todos afecta (su comportamiento, sus decisiones, su ilusión, su humor…). Es lo que se dice “estar en su centro”. No en el centro de nadie, sino en el nuestro propio... |